OPTIMISMO NOCIVO Y OTROS MALES: EL SUICIDIO Y LA IMPORTANCIA DE LA SALUD MENTAL EN BOLIVIA
- Guardian Libertario
- 7 jun 2021
- 4 Min. de lectura

En los últimos meses hemos visto un aumento sin precedentes, al menos en la ultima década, de suicidios en Bolivia. Nada mas en mayo y abril desde el puente de las américas hubo un suicidio doble cometido por una pareja y un suicidio cometido por un hombre de 35 años, así también se evitaron dos intentos en menos de 24 horas en el mismo puente y un intento por parte de una joven en los puentes trillizos. También se registraron suicidios en Tupiza, donde dos jóvenes habían tomado la decisión de haberse quitado la vida ahorcándose. Pido disculpas al lector por solo mostrar datos puros y duros tan de golpe, sin embargo, los datos y noticias no hablan por si mismas, en este tema la profundidad es tal que llega hasta los mas oscuros rincones de la condición y de las emociones humanas.
Debemos preguntarnos ¿Por qué esta sucediendo esto? Para responder a esta pregunta puede haber una infinidad de razones por las que una persona decide acabar con su propia existencia, pero podemos identificar tres factores principales, al menos aplicables para nuestra coyuntura, primeramente, la pandemia y sus consecuencias, en este punto creo que todos hemos perdido ante el virus al menos a un conocido si no es que a un familiar. Segundo, la falta de empatía y comprensión por parte de familiares y la sociedad como tal. Tercero la estigmatización de la terapia psicológica en nuestro país. Se desarrollarán a continuación cada uno de estos puntos a mayor profundidad.
La pandemia a afectado la vida de cientos de miles de personas en Bolivia y ha quitado la vida a decenas de miles de personas, entre ellas mayormente abuelos y abuelas, así como padres y madres de familia que en muchos casos representaban el único sustento o el único apoyo para muchas familias. Esto es un golpe psicológico muy duro para muchas personas. Aquellos que no perdieron a algún familiar o conocido, la mayoría de ellos, viven en un constante estrés y ansiedad respecto a la incertidumbre que genera el coronavirus, ¿podre ser yo? ¿podría ser mi papá?, son preguntas que surgen en esta época donde tanta gente ha caído enferma a causa de este mal.
La falta de empatía y comprensión ha sido mostrada de sobremanera en el puente de las américas donde voluntarios han pintado y colgado carteles con mensajes motivacionales, positivos y optimistas. Visto superficialmente esto no esta mal, pero no es el enfoque correcto y ciertamente no es nada empático con el espectro de las emociones humanas. Estos mensajes que vimos en el puente son en exceso positivos, diciendo que la vida es bella, que con Dios todo se puede e incluso se ha visto uno que hacia alusión a que la familia lo esperaba en casa, generando así un sentimiento de culpa mayor. Actualmente vivimos en una sociedad que nos manda a ser felices todo el tiempo, la persona deprimida al ver que no es feliz se auto castiga por eso, generándose todavía mas carga. Vivimos en una abrumadora positividad, las emociones que nos son placenteras buscan ser reprimidas y ocultadas por el resto de las personas; por esto también es muy ignorado este tema, preferimos mirar a otro lado a tener que enfrentar nuestra humanidad, si no es placentero o feliz, es malo. En pocas palabras al querer ser positivos con una persona en depresión, lo único que logramos es que esa persona se sienta culpable de no ser feliz, como si tuviera algo malo por no serlo, cuando en los seres humanos la tristeza y el sufrimiento son sentimientos completamente naturales.
Por ultimo, el estigma, frases como “los loquitos nomas van al psicólogo” o “¿y porque estas triste pues? Si aquí tienes todo” o a veces incluso “solo ponte las pilas mijo” muestran in gran rechazo hacia la terapia psicológica o un total demerito de esta ciencia. La mente es como cualquier órgano del cuerpo, si te has roto un hueso, vas al traumatólogo y después vas a la fisioterapia para poder volver a usar ese hueso con normalidad. Pero si uno esta roto emocionalmente, no se le debería pedir que se mejore solo, así como un hueso roto sin tratar acabara calcificándose mal, o peor aun llevar a una infección y a perder esa extremidad; estar roto emocionalmente puede acabar en un desenlace fatal. Debemos dejar de pensar que ir al psicólogo esta mal visto o que es solo reservado para aquellos que decimos son “locos”. La salud mental es tan importante, o aun mas importante que la salud física y debemos dejar de pensar lo contrario. En la mayoría de los casos “echarle ganas” no es suficiente.
Para concluir es importante resaltar que creo que esta ola de suicidios no se acabara pronto, las rejas que puso la alcaldía, los mensajes en exceso optimistas y que la policía evite los suicidios en el momento son soluciones parche, solo están ignorando un problema mas profundo. Solo están haciendo lo posible para que la gente deje de ver estos horribles suicidios, que no sean en pleno centro de la ciudad a los ojos de esta sociedad que nos exige positividad por sobre todo. Donde se no hay cabida para estar tristes y donde mientras lo “malo” no sea visto, no existe. Finalizando quiero agregar que si tu, lector, estas deprimido, te dejes tiempo para estar triste, llora todo lo que debas llorar, sufre todo lo que debas sufrir, esta bien, y por favor, ve a terapia, no tiene nada de malo querer estar bien con uno mismo, y principalmente, no te fuerces a ser feliz, y que nadie te diga que sentirte así esta mal, debes tenerte paciencia y no es tu culpa sentirte así.
Sebastian Vargas Quinteros.
Periodista.
Commentaires